compañía de ópera de 3º de infantil del colegio de La Navata
miércoles, 25 de abril de 2012
TRAS EL PARÓN DE LAS VACACIONES Y LA "GRANJA", LOS OFICIOS CONTINÚAN...
El pasado viernes 20 de abril nos reunimos con las familias colaboradoras para ver con ellos el trabajo ya hecho y lo que nos quedaba por hacer en nuestras profesiones. Todos mostraron un poco de preocupación por la cantidad de trabajo que aún está pendiente, pero al mismo tiempo mucha ilusión por continuar haciendo que este sueño sea cada día más real.
Con ese ánimo y ese empuje, las diferentes profesiones se reunieron y Marcos junto a Elsa (la nueva directora) acompañados por Jose la mamá de Marina fueron pasando por todas las profesiones y tomando fotos y notas del trabajo de cada una de las profesiones. Si quieres ver cómo evolucionan nuestros profesionales, pincha en cada uno de los oficios y prepárate para disfrutar...
lunes, 23 de abril de 2012
Cuentacuentos de Quita y Pon
Hoy hemos tenido en el cole una visita muy especial, ha venido Juan, pero no un Juan cualquiera sino Juan Malabar, un cuentacuentos estupendo que nos ha contado cuentos de quita y pon... O sea, cuentos narrados con el apoyo visual de objetos cotidianos transformados en verdaderas obras de arte por las manos de Juan.
Algunos de los cuentos ya eran conocidos para nosotros, como el de "La Mosca Fosca" y "Los chivos chivones", pero otros como el de "La Ratona" y el de "César Pompeyo" nos han dejado con la boca abierta... ¡¡Vaya imaginación!! y qué arte para crear a todos estos personajes a partir de materiales de la calle.
Hemos tomado nota (y fotos) para inspirarnos en la escenografía de nuestra ópera.
Aquí tenéis un pequeño trocito como muestra de lo hoy visto:
http://www.youtube.com/watch?v=7tuyO9LfzP0
¡¡Gracias Juan!!
lunes, 16 de abril de 2012
VISITA A LA GRANJA
Hola familias,
Siento no haberos podido poner al día estos días a través del blog de nuestras aventuras fuera de casa. La red WIFI era demasiado lenta y nuestro tiempo “sin niños” era para cubrir nuestras necesidades de comida y sueño por lo que no hemos podido cumplir este objetivo.
Primero daros las GRACIAS por darnos la posibilidad de compartir estos días con vuestros hij@s, es la primera vez que me llevo a la granja al 100% de los niñ@s, gracias por la confianza depositada en nosotros. Me ha ayudado a conocerles un poco más, sobre todo en momentos tan especiales como el de dormir.
Intentaré hacer un resumen de las experiencias vividas para que podáis hablar de ellas con los chic@s ya que sé que tenéis muchas ganas de que os cuenten pero a algunos después de tantos momentos especiales se les habrá olvidado o no sabrán por dónde empezar.
La llegada fue especial, los granjeros nos esperaron con los brazos abiertos y enseguida conectaron con los chavales. Cada vez que comenzábamos una actividad o cambiábamos hacíamos un corro las dos compañías con guitarra incluída. En ese momento se les explicaba qué íbamos a hacer y cantábamos (las letras de las canciones están en la página web del centro, por si les escucháis algo de un vampiro, una hormiga que va al mercado o unas tumbas… sepáis lo que están diciendo).
Los talleres estuvieron muy interesantes y hemos aprendido un montón.
- En el taller de papel reciclado: pudieron escuchar un cuento que les hablaba de la importancia del cuidado de la naturaleza y todo lo que nos ofrece. Aprendimos a transformar papel ya utilizado y convertirlo en papel nuevo. Rasgamos papel de periódico, añadimos agua, lo amasamos, lo batimos con una batidora de verdad, mezclamos, pasamos por el bastidor… algunos los teñimos y otros preferimos dejarlo con ese color tan especial. En la segunda parte, aprendimos a averiguar la edad de los árboles sin tener que talarlos para contar sus anillos. Fuimos al bosque y por parejas experimentamos y medimos con cuerdas, planteamos hipótesis y contrastamos resultados. El lunes nos podremos llevar a casa nuestra hoja de papel.
- En el taller del cereal: contamos lo que pensábamos que era un cereal, de dónde se obtiene la harina... Y los granjeros nos enseñaron la planta del trigo. Observamos la planta e hicimos hipótesis de qué parte de la planta nos servía para obtener el cereal. Lo transformamos en harina con la ayuda de un mortero y un tamiz, algunos grupos utilizaron el molinillo eléctrico. Hablamos de diferentes productos que se podían elaborar con esta harina como la pasta. Investigamos los ingredientes que necesitábamos y fuimos al huerto a recogerlos. En la segunda parte, vimos una receta, experimentamos con la balanza para poder elaborarla, licuamos zanahorias y espinacas, mezclamos, amasamos, utilizamos el rodillo de madera y, algunos, la máquina de hacer pasta, otros hicimos pajaritas, tallarines, formas diversas… La pasta que elaboramos en los talleres (de varios colores y con diferentes tipos de harina para que tod@s l@s amig@s pudieran tomarla) las probamos de aperitivo en las comidas y las cenas. ¡¡Qué ricas!!
- En el taller del huerto también nos lo pasamos genial. Hubo una primera parte en el aula y la segunda en el huerto. Pudimos observar diferentes tipos de plantas, tallos, raíces, semillas, frutos… En el huerto hicimos grupos de trabajo: unos quitábamos las hierbas que no eran provechosas como la ortiga (con azadas, rastrillos y palas de verdad pero de nuestro tamaño) y lo llevábamos al compost, otros sembraban y otros cribaban la tierra para luego tapar las semillas sembradas y que los pájaros no las viesen. También hemos plantado, mezclando diferentes tipos de sustratos y tierra, en envases de yogures la semilla que más nos gustaba: sandía, girasol, zanahoria… el lunes las podremos llevar a casa.
Y, entre taller y taller, hemos jugado en un patio estupendo con unas carretillas de madera que servían para transportar objetos y niños de muy diversas maneras, con aros, casitas, toboganes, cubos, palas, rastrillos, redes para escalar… con una sala para manipular plastilina casera (la receta también la podréis encontrar en la página web del centro), crear en los geoplanos (tablilla de maderas con clavos en los que “dibujaban” con gomas de colores), pintar piedras del patio y dejarlas en el museo de las piedras de la granja…
Por la noche, antes de la actividad programada
hemos podido jugar en la ludoteca, como los rincones del cole, pero a lo grande y con un montón de disfraces, vestidos y trajes de fiesta, zapatos de todos los colores, purpurinas y tacones, una zona de juego simbólico con hospital incluído, zona de grandes construcciones como nuestro aula y una biblioteca la mar de acogedora.
La salida nocturna fue muy especial, a pesar de los miedos que experimentamos al principio del camino, nos encontramos con flechas con pistas a lo largo del camino que nos llevaron a un personaje mágico “Don Foro” que “tomaba la luna” porque sólo salía de noche y por eso estaba tan blanco, que decía que era joven y tenía más de 700 años, que le encantaba cuidar el Bosque de Valdelatas y nos dio un saquito muy especial (lleno de trocitos de su corazón que a la mañana siguiente nos comimos con mucho gusto). Resultó ser amigo de nuestro fantasma de la ópera (ERIC) y nos dio muchos ánimos para continuar con la ópera pues ya sólo nos quedan dos meses para hacerla...
La segunda noche, estuvimos en el teatro de luz negra y vimos “¿A qué sabe la luna?”, un cuento muy conocido por todos pero nos volvió a embelesar con su magia, al final de la historia nos dieron a probar un trocito… ¿a qué te sabe la luna?
En las habitaciones nos lo pasamos genial viendo los objetos personales de cada uno, sus pijamas, zapatillas, braguitas y calzoncillos. En general todos nos dormimos pronto y del tirón, aunque algunos de nosotros nos levantaron durante la noche para ir al baño, en ocasiones se nos escapó algún que otro pis, pero estábamos tan dormidos que no nos enteramos cuando nos cambiaban el pijama y el colchón. Nos hemos dado cuenta de que muchos de nosotros hablamos cuando estábamos dormidos e incluso roncamos ¡¡¡sería del cansancio!!!
La comida estaba bueníiiisima, sobre todo el aperitivo de pasta que elaboramos nosotros. Las cocineras muy majas (Mª Fe, Carmen y las amigas) que en todo momento estaban pendientes de nuestras alergias y rugidos de tripa. Muchos de nosotros repetíamos primero y segundo. Por la noche antes de irnos a las habitaciones nos tomábamos un vasito de leche.
La primera noche Laura contó el cuento a dos habitaciones y la segunda a las otras dos. El cuento fue "Ana y el fantasma", y Fernando también contó el cuento de "La noche" a algunos de ellos.
En la mañana del viernes, para despedirnos del bosque y de los granjeros, dimos un paseo por el Bosque de Valdelatas. Hemos visto pisadas y rastros de jabalíes (hozadas), incluso huellas juntas de la madre y la cría, un riachuelo contaminado por los residuos del Hospital universitario de la Autónoma, hemos escuchado el sonido de los pájaros, rastros de otros animales como ovejas a las que hemos podido ver desde lejos.
Para mi sorpresa no han tenido momentos tristes en los que se acordaran de vosotros y la noche que era propicia para que surgieran, estaban tan cansados que les vencía el sueño. Algunos, durante el día, estaban planeando la manera de ir a las otras habitaciones a jugar con los amigos pero el cansancio no les ha dejado poner en práctica sus planes. Sólo uno o dos niños se han acordado de sus familias pero con abrazos y mimos han conseguido dormirse. Eso sí cada vez que hacían algo por ellos mismos decían “Se lo tengo que contar a mamá/papá”.
Sólo nos ha fallado el tema de la calefacción que no estaba puesta por motivos ajenos a los granjeros. Pero que han conseguido solucionar con unos calefactores que colocaban en las habitaciones unas horas antes de subir, se desconectaban por la noche por motivos de seguridad y volvía a conectar Chema una hora antes de levantarse. Durante el día con toda la actividad que teníamos no lo notábamos.
A Lucía se le cayó un diente durante la cena del jueves y hemos tenido suerte: nos ha visitado el Ratoncito Pérez, que no sabemos cómo también sabía que era el cumple de Valentina, del arco de colores. A las dos las dejó una nota debajo de la almohada y a Lucía una libretilla y unas monedas de choco de regalo.
Y, como todo lo bueno, nuestra aventura ha acabado, con pena nos hemos despedido cantando de los granjeros (José Carlos, Ana, Noemí, Sole, Elena, Carmen, Montse, Luisa, Agustín…) y con ganas de volver a tener una experiencia fuera de casa.
Mi momento más especial de estos días: contarles el cuento con la luz apagada, todos metiditos en su cama y mi frontal alumbrando las hojas... ¡Ah!, y los besitos de buenas noches... en los que he rememorado los momentos de siesta en 3 años que ya quedan tan lejanos... ¡ay, cuánto han crecido!!
Espero que vuestra experiencia sin ellos también haya sido especial y que les animéis a que os cuenten cuáles han sido sus vivencias.
Un beso muy fuerte
Laura
Siento no haberos podido poner al día estos días a través del blog de nuestras aventuras fuera de casa. La red WIFI era demasiado lenta y nuestro tiempo “sin niños” era para cubrir nuestras necesidades de comida y sueño por lo que no hemos podido cumplir este objetivo.
Primero daros las GRACIAS por darnos la posibilidad de compartir estos días con vuestros hij@s, es la primera vez que me llevo a la granja al 100% de los niñ@s, gracias por la confianza depositada en nosotros. Me ha ayudado a conocerles un poco más, sobre todo en momentos tan especiales como el de dormir.
Intentaré hacer un resumen de las experiencias vividas para que podáis hablar de ellas con los chic@s ya que sé que tenéis muchas ganas de que os cuenten pero a algunos después de tantos momentos especiales se les habrá olvidado o no sabrán por dónde empezar.
La llegada fue especial, los granjeros nos esperaron con los brazos abiertos y enseguida conectaron con los chavales. Cada vez que comenzábamos una actividad o cambiábamos hacíamos un corro las dos compañías con guitarra incluída. En ese momento se les explicaba qué íbamos a hacer y cantábamos (las letras de las canciones están en la página web del centro, por si les escucháis algo de un vampiro, una hormiga que va al mercado o unas tumbas… sepáis lo que están diciendo).
Los talleres estuvieron muy interesantes y hemos aprendido un montón.
- En el taller de papel reciclado: pudieron escuchar un cuento que les hablaba de la importancia del cuidado de la naturaleza y todo lo que nos ofrece. Aprendimos a transformar papel ya utilizado y convertirlo en papel nuevo. Rasgamos papel de periódico, añadimos agua, lo amasamos, lo batimos con una batidora de verdad, mezclamos, pasamos por el bastidor… algunos los teñimos y otros preferimos dejarlo con ese color tan especial. En la segunda parte, aprendimos a averiguar la edad de los árboles sin tener que talarlos para contar sus anillos. Fuimos al bosque y por parejas experimentamos y medimos con cuerdas, planteamos hipótesis y contrastamos resultados. El lunes nos podremos llevar a casa nuestra hoja de papel.
- En el taller del cereal: contamos lo que pensábamos que era un cereal, de dónde se obtiene la harina... Y los granjeros nos enseñaron la planta del trigo. Observamos la planta e hicimos hipótesis de qué parte de la planta nos servía para obtener el cereal. Lo transformamos en harina con la ayuda de un mortero y un tamiz, algunos grupos utilizaron el molinillo eléctrico. Hablamos de diferentes productos que se podían elaborar con esta harina como la pasta. Investigamos los ingredientes que necesitábamos y fuimos al huerto a recogerlos. En la segunda parte, vimos una receta, experimentamos con la balanza para poder elaborarla, licuamos zanahorias y espinacas, mezclamos, amasamos, utilizamos el rodillo de madera y, algunos, la máquina de hacer pasta, otros hicimos pajaritas, tallarines, formas diversas… La pasta que elaboramos en los talleres (de varios colores y con diferentes tipos de harina para que tod@s l@s amig@s pudieran tomarla) las probamos de aperitivo en las comidas y las cenas. ¡¡Qué ricas!!
- En el taller del huerto también nos lo pasamos genial. Hubo una primera parte en el aula y la segunda en el huerto. Pudimos observar diferentes tipos de plantas, tallos, raíces, semillas, frutos… En el huerto hicimos grupos de trabajo: unos quitábamos las hierbas que no eran provechosas como la ortiga (con azadas, rastrillos y palas de verdad pero de nuestro tamaño) y lo llevábamos al compost, otros sembraban y otros cribaban la tierra para luego tapar las semillas sembradas y que los pájaros no las viesen. También hemos plantado, mezclando diferentes tipos de sustratos y tierra, en envases de yogures la semilla que más nos gustaba: sandía, girasol, zanahoria… el lunes las podremos llevar a casa.
Y, entre taller y taller, hemos jugado en un patio estupendo con unas carretillas de madera que servían para transportar objetos y niños de muy diversas maneras, con aros, casitas, toboganes, cubos, palas, rastrillos, redes para escalar… con una sala para manipular plastilina casera (la receta también la podréis encontrar en la página web del centro), crear en los geoplanos (tablilla de maderas con clavos en los que “dibujaban” con gomas de colores), pintar piedras del patio y dejarlas en el museo de las piedras de la granja…
Por la noche, antes de la actividad programada
hemos podido jugar en la ludoteca, como los rincones del cole, pero a lo grande y con un montón de disfraces, vestidos y trajes de fiesta, zapatos de todos los colores, purpurinas y tacones, una zona de juego simbólico con hospital incluído, zona de grandes construcciones como nuestro aula y una biblioteca la mar de acogedora.
La salida nocturna fue muy especial, a pesar de los miedos que experimentamos al principio del camino, nos encontramos con flechas con pistas a lo largo del camino que nos llevaron a un personaje mágico “Don Foro” que “tomaba la luna” porque sólo salía de noche y por eso estaba tan blanco, que decía que era joven y tenía más de 700 años, que le encantaba cuidar el Bosque de Valdelatas y nos dio un saquito muy especial (lleno de trocitos de su corazón que a la mañana siguiente nos comimos con mucho gusto). Resultó ser amigo de nuestro fantasma de la ópera (ERIC) y nos dio muchos ánimos para continuar con la ópera pues ya sólo nos quedan dos meses para hacerla...
La segunda noche, estuvimos en el teatro de luz negra y vimos “¿A qué sabe la luna?”, un cuento muy conocido por todos pero nos volvió a embelesar con su magia, al final de la historia nos dieron a probar un trocito… ¿a qué te sabe la luna?
En las habitaciones nos lo pasamos genial viendo los objetos personales de cada uno, sus pijamas, zapatillas, braguitas y calzoncillos. En general todos nos dormimos pronto y del tirón, aunque algunos de nosotros nos levantaron durante la noche para ir al baño, en ocasiones se nos escapó algún que otro pis, pero estábamos tan dormidos que no nos enteramos cuando nos cambiaban el pijama y el colchón. Nos hemos dado cuenta de que muchos de nosotros hablamos cuando estábamos dormidos e incluso roncamos ¡¡¡sería del cansancio!!!
La comida estaba bueníiiisima, sobre todo el aperitivo de pasta que elaboramos nosotros. Las cocineras muy majas (Mª Fe, Carmen y las amigas) que en todo momento estaban pendientes de nuestras alergias y rugidos de tripa. Muchos de nosotros repetíamos primero y segundo. Por la noche antes de irnos a las habitaciones nos tomábamos un vasito de leche.
La primera noche Laura contó el cuento a dos habitaciones y la segunda a las otras dos. El cuento fue "Ana y el fantasma", y Fernando también contó el cuento de "La noche" a algunos de ellos.
En la mañana del viernes, para despedirnos del bosque y de los granjeros, dimos un paseo por el Bosque de Valdelatas. Hemos visto pisadas y rastros de jabalíes (hozadas), incluso huellas juntas de la madre y la cría, un riachuelo contaminado por los residuos del Hospital universitario de la Autónoma, hemos escuchado el sonido de los pájaros, rastros de otros animales como ovejas a las que hemos podido ver desde lejos.
Para mi sorpresa no han tenido momentos tristes en los que se acordaran de vosotros y la noche que era propicia para que surgieran, estaban tan cansados que les vencía el sueño. Algunos, durante el día, estaban planeando la manera de ir a las otras habitaciones a jugar con los amigos pero el cansancio no les ha dejado poner en práctica sus planes. Sólo uno o dos niños se han acordado de sus familias pero con abrazos y mimos han conseguido dormirse. Eso sí cada vez que hacían algo por ellos mismos decían “Se lo tengo que contar a mamá/papá”.
Sólo nos ha fallado el tema de la calefacción que no estaba puesta por motivos ajenos a los granjeros. Pero que han conseguido solucionar con unos calefactores que colocaban en las habitaciones unas horas antes de subir, se desconectaban por la noche por motivos de seguridad y volvía a conectar Chema una hora antes de levantarse. Durante el día con toda la actividad que teníamos no lo notábamos.
A Lucía se le cayó un diente durante la cena del jueves y hemos tenido suerte: nos ha visitado el Ratoncito Pérez, que no sabemos cómo también sabía que era el cumple de Valentina, del arco de colores. A las dos las dejó una nota debajo de la almohada y a Lucía una libretilla y unas monedas de choco de regalo.
Y, como todo lo bueno, nuestra aventura ha acabado, con pena nos hemos despedido cantando de los granjeros (José Carlos, Ana, Noemí, Sole, Elena, Carmen, Montse, Luisa, Agustín…) y con ganas de volver a tener una experiencia fuera de casa.
Mi momento más especial de estos días: contarles el cuento con la luz apagada, todos metiditos en su cama y mi frontal alumbrando las hojas... ¡Ah!, y los besitos de buenas noches... en los que he rememorado los momentos de siesta en 3 años que ya quedan tan lejanos... ¡ay, cuánto han crecido!!
Espero que vuestra experiencia sin ellos también haya sido especial y que les animéis a que os cuenten cuáles han sido sus vivencias.
Un beso muy fuerte
Laura
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